[ Estamos otra vez, suspendidos en el tiempo, esperando a
nada, porque tenemos todo lo que necesitamos. Hablamos pero no exactamente de
eso, entre líneas hablamos de nosotros. Tu
mano corre mi pelo de delante de mis ojos para hipnotizarnos más de lo que ya
estamos. Perdidos, o perdida, no lo sé, en tu mirada. Seguimos así, palabra tras
palabra, cada vez más suave, entre risas y gestos, pero mucho es amenaza y
nunca pasa nada. Siempre pensando en los
demás pero en nosotros, pero en los demás, nunca tenemos nombre.
Me detengo, porque por dentro, pienso que tal vez no tenemos
nombre porque no somos unión. Somos vos,
yo, nada de ‘y’. Para mí, sos la pieza fallada de mi rompecabezas; sos mío, de
la misma caja, pero no termina de encajar.
Hay cosas que nos hacen ser, pero hay cosas que me hacen decir que no,
que te quiero donde estás o inclusive más lejos. Somos y no somos el uno para
el otro, pero al mismo tiempo quiero quedarme siempre acá, porque soy feliz.
Soy feliz, pero no es perfecto, ese es el problema, no es exactamente lo que
espero para mí. Es algo hermoso, pero no me llena, ni me da seguridad. Cuando
termino de hilar todo ese pensamiento, ya es tarde, porque ahora empiezo
realmente a cuestionarme qué es lo que siento,
que es lo que quiero, y si que haría si lo tengo. Me alejo, porque no
quiero confundirme, pero con todo lo sucedido ya es suficiente para llenar mi
mente minutos, horas, días y semanas.
Ahora sí pasa el tiempo, y sin embargo no termino de entenderme, ni me
decido a dejarte ir. ]