(Dante, un chico alto, pelirrojo, de ojos color miel, está sentado sobre una gran rosa al lado del lago, con su guitarra, cantando suavemente. Es muy temprano en la mañana y el día está nublado. Justo en la parte culmine de la canción, Kendra entra en escena con su cabello largo y negro, y un paraguas en la mano. Dante se asusta.)
Dante: - (Bruscamente) ¿Qué te pasa, Kendra?¿Estás loca? Casi me matás
Kendra: - Perdón, no era mi intención.
Dante: - ¿Para qué me buscabas?
Kendra: - Es me dí cuenta que iba a llover, y te ví desde mi ventana... (embobada) tan solo y frágil que no pude evitar querer venir y...(volviendo a la realidad) Em, ¿Qué cantabas?
Dante: - Eh, nada ... una canción mía, se llama "Rojo y Negro"
Kendra: - ¿Puedo verla? (señalando una hoja al lado de Dante)
Dante: - No, claro que no (agarra la hoja rápidamente)
Kendra: - ¿Por qué?¿Tenés algo que esconder?
Dante: - (A la defensiva) ¿Y porqué tendría?.
Kendra: - Porque te veo todas las mañanas solo, paseando al lado del agua, triste. Es obvio que algo te pasa.
Dante: - ¡No! (gritando) Lo único que hago todas las mañanas es mirar de reojo a ver si apareces en tu ventana (señala hacia la casa de Kendra) o venís a hablarme. Me pongo triste por que no puedo decirte lo que me pasa por dentro y sí lo digo probablemente no pase lo que espero.
Kendra: - ¿Y porqué no pasaría? Sos el más dulce y lindo chico sobre la faz de la Tierra, Dante. ¿Me cantaría "Rojo y negro" solo para mí?
Dante: - (Traquilo pero algo atontado por la sorpresa) Sí... claro que sí.
(Empieza a llover suavemente, y Kendra abre el paraguas cubriéndolos a ambos, de la lluvia.)